La modernización y el desarrollo económico de España a finales del siglo XIX tuvo en el sector bancario un factor principal. Las Cajas de Ahorro, implantadas en las provincias de mayor dinamismo económico, tuvieron un crecimiento muy importante durante la Restauración. En 1868 existen 4 en Cataluña, 2 en Valencia, 2 en Cádiz, y 1 en Sevilla, Madrid, Valladolid, Burgos, Vitoria y Bilbao. Un hito importante en este proceso fue la pérdida de Cuba y Filipinas, en 1898. Este hecho produjo una importante repatriación de capitales, que dio lugar a la creación de bancos como el Hispano-Americano, en 1900, el Vizcaya, en 1901 o el Español de Crédito, un año más tarde.