Dependiendo de las preguntas que te haces, encuentras unas respuestas u otras. Por ejemplo, “¿Cuál es la gravedad de la situación?” contiene el supuesto de que la situación es grave. “ ¿Cuál es su mejor opción para resolver esta situación? ” contiene el supuesto de que tienes más de una elección y de que la situación tiene una solución. En vez de preguntarte “¿Por qué tengo tanta mala suerte?” es más proactivo preguntarse “ ¿Cómo puedo evitar esta situación en el futuro? ”. En vez de preguntarte “¿Por qué me pasa siempre lo mismo? es más proactivo preguntarse “ ¿Qué puedo aprender de esta experiencia? ”. Una pregunta que empieza por “Por qué” puede ser poderosa si se enfoca en identificar los valores. Por ejemplo, “¿Por qué hice esto?”. En otras palabras, “¿Qué fue importante aquí para que hiciera esto”?. Las preguntas que empiezan con “Qué” y “Cómo” son más poderosas. Es más probable que se enfoquen en el presente, en una situación concreta y que...