Entre de las herramientas de marketing, el slogan
es una de las más poderosas, pues hace que los posibles clientes
recuerden el producto y también ayuda a diferenciarse de la competencia.
Su origen viene de una palabra gaélica escocesa que significa "grito de guerra".
El éxito de un slogan se ve cuando la gente lo repite una y otra vez.
Un buen slogan debe:
- Contener máximo ocho palabras.
- Identificar claramente al producto o servicio.
- Resaltar los beneficios que lo hacen especial.
Piensa en:
- Ser original y conciso, usando metáforas, imágenes, rimas, ritmos y otros elementos para crear un slogan difícil de olvidar.
- Un buen recurso son los juegos de palabras. También puedes valerte de frases populares y darles un giro, para adecuarlas a tu producto.
- Considera que desde el punto de vista del marketing, un slogan extenso no genera el impacto deseado, porque incrementa su complejidad lingüística y sintáctica. Por eso, si no es breve y recordable, no es un slogan.
- Hacer que la marca rime con el slogan. Es una técnica que ha tenido mucho éxito, se le denomina rima de “marca incorporada”, y consiste en que la marca del producto rima con la frase.
- Resumir qué hace la marca “Si es Bayer, es bueno” es un slogan que representa exactamente qué hace la marca e incluso describe el beneficio objetivo que se promete.
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Tomado de: http://queartequilla.blogspot.com.es/
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